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La tradición que defendemos no es lo de Tordesillas

Sin querer polemizar, nuestro recuerdo para el pobre toro «Volcano» que hoy ha sido lanceado y asesinado en Tordesillas en nombre de la Tradición. La tradición es otra cosa: Es jubilarse y tener un huerto en tu pueblo, conde te criaste, es amar las costumbres de nuestros pueblos, disfrutar de una buena cena popular en la plaza del pueblo, sacarte la chaquetita por la noche al salir a la puerta de la casa del pueblo a tomar el fresco, es reunirte alrededor de una chimenea encendida en las noches de invierno… Este blog y nuestra filosofía pueden tildarse de tradicional, si. De tradicionalismo local. Cada piedra de cada casa en cada pueblo tiene su historia, su tradición, y su respeto que defender con orgullo. Nuestras fiestas locales, nuestras vocabulario tan distinto, no sólo en España sino también en Aragón… las cosas como eran antes. Si. Recuperemos nuestra casa de un pueblo. Si no tenemos un pueblo da igual, cualquiera nos acoge. Cualquier pueblecito en Aragón te deja subirte en el carro de la tradición, en el carro de sus casas de piedra rústicas, sus gentes… Lo nuestro. Lo de cada uno.

Lo que no puede permitirse es en nombre de la tradición, en una sociedad del siglo XXI que se acose a un animal por 2000 cobardes con lanzas hasta darle muerte. Me produce asco hacia la raza humana, asco hacia quien lo alimente y permita. Y repudio totalmente a quien lo aplauda. Que exista el valor de terminar con la vida de un animal sin maldad, cuando sangra por la boca y costados, cuando sólo busca un reducto para huir de una barbarie y un acoso que no entiende, es de una maldad tal que me avergüenza ser de ser de la misma especie. Si nosotros, los seres humanos somos la especie inteligente y con raciocinio del planeta, algo falla.

Siento si a alguno de nuestros seguidores he ofendido, simplemente en mi corazón pesa esta barbarie, ya que amo a los animales, a las plantas, a las montañas… porque sólo el ser humano lleva la maldad dentro. Cuando un animal muere de este modo, el mundo se vuelve un poco más triste.

LA SEMANA SANTA ARAGONESA

La despensa Aragonesa, una tienda de comida tradicional de pueblos de Aragón, ha abierto sus puertas hace 5 días. Eso ha ocupado todo mi tiempo, pero el proyecto ha llegado a buen puerto y de nuevo continuaré escribiendo.

Hoy es el lunes de Pascua de la Semana Santa. Hoy, por ejemplo, hay una hermosa romería en Monzón. Se le conoce como el día de la Alegría, ya que se sube en romería a la ermita de la Virgen de la Alegría. En cuanto despunta el alba, se atisba como los romeros van saliendo de sus casas poco a poco, y se van encontrando a horas todavía inusuales por la calles de Monzón para ir juntos a la ermita, situada en el monte de Lascellas, y que desde la plaza mayor cuesta a paso ligero una hora y media aproximadamente. Las mujeres solían ir con una pequeña mochila con el almuerzo, y el hombre llevaba la bota de vino pan y longaniza. El vino era de agradecer ya que el inicio del día aún es fresco. Luego, todo el pueblo, en la famosa cruz de la alegría, almorzaba, si bien antes se le había hecho una visita a la virgen, que ese día mira hacia Monzón, y no hacia Pueyo como el resto del año. Quizá en esta época cibernética, donde es posible realizar plegarias on line, esto no sea exactamente así, pero hasta hace no mucho así era. Con pelos y señales.

 

Pero hoy quería hablar del Bajo Aragón y su legendaria fama a los bombos y tambores. Dentro de la ruta del Bombo y el tambor nos encontramos con 8 pueblos, que por orden alfabético son: Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaen. Todos están más o menos juntos, entre las comarcas del Bajo Martín, sierra de Arcos, y la del bajo Aragón. La más conocida: sin duda la rompida de la hora en Calanda. El pueblo y su costumbre ancestral, contada a todo el mundo por Buñuel, es el clímax de la semana santa tamboril, el día del viernes santo. Este año han sido nada más y nada menos que 26 horas seguidas tocando el bombo y los tambores en la plaza del pueblo. La explicación de los protagonistas a porqué hacen esto: “esto se lleva dentro, no se puede explicar”. Y el que quiera entender que entienda. Los orígenes del uso del tambor son muy remotos y se usaba para avisar por parte de las huestes cristianas, de las invasiones árabes, ya que Teruel y su provincia ha sido muy mimada por el Islam desde el 711 hasta 1492.

En Albalate del Arzobispo, por ejemplo, la tradición es muy joven en comparación con Calanda, ya que apareció en los años 20, donde unos carpinteros hicieron unos tambores y unos bombos, y empezaron a tocarlo en semana santa, comenzando 15 tambores y 2 bombos. Miles de personas hoy acuden a esta bellísimo pueblo cada año en las jornadas de exaltación del bombo y el tambor, y el evento se ha ganado un monumento en un lugar remarcado del pueblo.

En Andorra, en la sierra de Arcos, cientos de personas se congregan a las 12 en la plaza para Romper la hora cuando expira el jueves santo. En silencio comienza al unísono un estremecedor ruido. Después, entrada en la madrugada del viernes santo, recorren los andorranos hacia la ermita de San Macario un camino, que simula la búsqueda de Cristo en el monte (monte de los olivos). Una vez en la ermita se repite el estruendo.

Cada pueblo tiene sus cosas. Sólo hay dos cosas que no cambiarán nunca en estos días y que es igual, no sólo para Aragón, sino para toda España: la primera es que aparecen devotos católicos, de los cuales muchos no se sabe dónde están el resto del año, y la segunda son las torrijas.

Me encantaría que me fueran contando las costumbres de cada uno de sus pueblos en Semana Santa, y lo podríamos recopilar. Son tradiciones todas de gran belleza, que se han forjado con ilusiones de nuestros antepasados y tenemos la obligación moral de continuarlas.

Por cierto si os gusta saber más de la semana santa, en especial de la del Bajo Aragón, podeis hacerlo en  http://www.rutadeltamborybombo.com

Si quieres tenemos casas de pueblo en venta en estas preciosas localidades, donde podrás disfrutar de las costumbres tan arraigadas y peculiares de cada uno de estos pueblecitos. Casas en venta de pueblo por el bajo martín,  venta de casas de pueblo en el Bajo Aragón, y casas de pueblo en venta por Andorra y sierra de arcos. También hay muchas casas rurales de las cuales puedes disfrutar.

 

LA CASA PALACIO DE DON LOPE Y LA MAESTRANZA DE ZARAGOZA.

Hablando de casas de pueblo y casas rurales, hace unos días hicimos un amago de hablar de este tema y lo prometido es deuda. La Real Maestranza de caballería de Zaragoza fue constituida en 1819, siendo el primer hermano mayor D. Francisco de Paula, hermano del Rey Fernando VII.  Ejerció el cargo D. Francisco de Paula con gallardía y valentía, lo cual contrastaba bastante con la cobardía de Fernando VII.

Pertenecer a la real Maestranza era un honor reservado para los caballeros que demostraran hidalguía y nobleza, como vestigio de los caballeros que pertenecían a órdenes militares en las cruzadas.  Se crean por nobles, y para nobles, en defensa del estado y del Rey. Son lo que hoy podríamos llamar la Reserva. Formada por caballeros y mujeres, hoy en día sigue vigente manteniendo las tradiciones de esta interesantísima y bellísima institución. Hoy en día hay que demostrar hidalguía en los 4 apellidos para los hombres y en los 2 apellidos principales para las mujeres para poder ser miembro de tan distinguida sociedad. El Hermano Mayor actual es  S.M. el Rey de España D. Juan Carlos I. Actualmente en España hay 5 reales Maestranzas, la más famosa en Sevilla (conocida porque gestionan la plaza de toros), pero también, además de la de Zaragoza, están la de Ronda, Valencia, y Granada.

Si hablamos de la Real Maestranza de Zaragoza es por que su sede es un ejemplo extraordinario de la arquitectura renacentista aragonesa. Sita en la casa palacio de Miguel Don Lope,  en el centro de Zaragoza, justo al lado de la Seo,  la Maestranza tiene la amabilidad de abrir su casa al público para visitarse los domingos. Es una autentica maravilla que por supuesto recomendamos visitar. Construido a finales del siglo XVI, llama la atención de fuera su impecable e impresionante alero de madera. Cuesta encontrar en Aragón un alero de tales dimensiones, en este estado de conservación. Es obra de Jaime Fanegas. Otro ejemplo claro del renacimiento aragonés es su fachada, el modo en el que está trabajada, su disposición, los pequeños y alineados ladrillos empleados y su portón con arco de medio punto.  No podemos olvidarnos de la hilera de vanos dispuesta horizontalmente y ornamentadas en la última planta, culminadas en arco de medio punto, guardando equilibrio estético con el arco de la entrada.   Es un signo distintivo de todas las casas palacio aragonesas coetáneas.

Ya dentro del palacio, era muy típico tener un patio a cielo abierto, llamado luna o patio aragonés. Son columnas jónicas anilladas, aunque tienen una peculiaridad  muy curiosa y es que no guardan las medidas que indican los cánones renacentistas por un error de interpretación de las medidas en la época, y las anillas están mal situadas, aunque por supuesto esto ya se ha convertido en un detalle entrañable y curioso.

Quizá la obra maestra del estilo renacentista la encontramos en la techumbre que se contempla en el inicio de las escaleras a la planta noble.  Es la original de madera, donde se mezcla el estilo renacentista con detalles mudéjares. Recuerda a los techos de la catedral de Teruel.  Tiene forma octogonal y te invita a no separar la vista por que además su base tiene pequeñas columnas que dejan pasar la luz. Lo dicho, una obra maestra.

Sus salones, su distribución interior, su suelos, sus trajes y tesoros que alberga, sus caballerías subterráneas, su mobiliario… todo hace que sea un lugar mágico, conservado gracias al esfuerzo de la Maestranza, un tesoro auténtico que nos llega hoy en día para poder disfrutarlo una mañana de domingo.  Hay más ejemplos de renacimiento aragonés en Zaragoza, como La Lonja, el Palacio de los Condes de Sástago (hoy sala de exposiciones de la DPZ), el Palacio de los Condes de Morata (hoy tribunal superior de justicia de Aragón), el palacio de los marqueses de Montezumo (hoy biblioteca y archivo).  Lamentamos no poder fotografías, ero si queréis saber más de la Real Maestranza podéis hacerlo aquí.

Tenemos alguna casa de pueblo de estilo renacentista más o menos puro, por ejemplo en pueblos como Tronchón, en Mallén una casa palacio, la casa palacio del Tenor Aramburo en Erla, y alguna más que tenedremos por ahí con elementos peculiares.

SANTA MARIA DE BUIL, CASAS DE PUEBLO EN RUINAS, Y LA CAPITAL DEL SOBRARBE MEDIEVAL.

Las casas de pueblo en Santa María de Buil son casas con solera e historia, si bien  hoy en día es un pueblo semi-habitado, y está compuesto por un barrio y once aldeas. Situado en el Sur de Aínsa y Boltaña. Es un pequeñito pueblo en lo alto de una montaña en el Sobrarbe. Sin embargo la soledad que acompaña a este pueblecito no hace justicia a su historia, ya que en los siglos X y XI fue la capital del notable Condado del Sobrarbe, hasta que se reconquistó Aínsa. Si bien es cierto que hay fuentes históricas que dicen que Ainsa nunca estuvo en poder musulmán, ya que existía solo el castillo y que a raíz de reconquistarlo se creo la población. Era típico en el urbanismo cristiano medieval-feudal hacer viviendas junto al castillo o fortificación. Sea como fuere Santa María de Buil, ostentó la capitalidad del Condado medieval, que tan guerrero fue en la reconquista. Hoy día su iglesia (santificada a San Martín y declarada monumento nacional) es una en las que mejor se puede conservar el auténtico románico aragonés. La torre de esta iglesia perfecto exponente del románico, pues cumple todos los cánones, recuerda muchísimo a los famosos campanarios de Taüll.
Existe otra iglesia que por desgracia está en situación ruinosa, esa ya dedicada a Santa María, la que da nombre al pueblo, y que debió ser la primigenia. Si queréis podéis saber un poco más de esta iglesia de San Martín en este blog:
Las sensaciones al llegar al pueblo son de asombro. La capital del Sobrarbe medieval, piensa uno, que debería haberse conservado mejor. Es nuestra historia, pero parece que tendremos que imaginarnos las casas de pueblo de antaño partiendo de alguna piedra sobre piedra, que es lo que queda sobre todo en la parte alta del pueblo. La parte baja aún puede considerarse un poco cuidada, pero la alta, no. En la cima del montículo en el que se sitúa el pueblo, hay un mirador extraordinario, al que cuesta llegar, no tanto en tiempo sino en grados de inclinación. Cuando se alcanza al cima se entiende por qué se centro allí el centro de operaciones del medieval condado: ofrece una visión de 360º a dos días vista a pié. Cualquier ejército que quisiera atacar Santa María de Buil, sea desde el actual Somontano por el Sur o por el norte, donde está los Pirineos, se vería desde esa cima por lo menos a dos días vista, y podrían preparase para la batalla. Esta peculiaridad la hizo inexpugnable. Subiendo andando en solitario desde la iglesia de San Marín, dejando a la derecha en la ascensión la iglesia de Santa María, y llegando a la cima, se es consciente de hacer un recorrido que tantos guerreros del medievo han hecho antes. Pisaban esas piedras que conforman el camino: las mismas piedras. Miraban y veían el mismo paisaje, las mismas montañas, veían el Monte Perdido y el Cilindro coronando el actual Parque nacional de Ordesa. Veían como la Peña Montañesa, o como fuera que la llamaran antes, anunciaba el abrupto fin en su escarpadísima ladera  de una cordillera que lleva hasta el Cotiella, situado ya en el Condado de la Ribagorza. Veían, como nosotros ahora, el macizo del Turbón. Y también los tres picos gemelos que hoy reciben el nombre de las tres Marías.  Lo que no veían esos soldados y guerreros que subían a la cima, son las casas derruidas que hoy sí que vemos en ese camino a ambos lados, casas derruidas, que en tiempos albergarían material para la batalla, víveres, establos para caballos, a buen seguro talleres para armamento, herreros, etc… Eso ahora se intuye, por que se cayeron las casas pero no se han levantado. Con todos los avances del siglo XXI no hemos sabido conservar lo que tanto les costó mantener a esos habitantes medievales. Lo que no fue destruido por las guerras entre moros y cristianos lo ha sido por la dejadez.
Os dejo como siempre que me es posible, fotografías que hemos hecho.